Historias de éxito de clientes

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Client Success Stories
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teresita

“Recuerdo el día exacto en que me puse en camino a la recuperación”, comentó Theresita. “Me desperté suicida, no quería vivir más. Estaba cansada de consumir, de no dormir ni comer, y de la abstinencia. Esa mañana tomé un montón de pastillas y me desperté 3 días después en el hospital enganchada a un montón de máquinas La enfermera me miró y dijo: “escucha, tienes que hacer algo con tu vida”. Y se quedó conmigo. Apliqué a toneladas de lugares y Latinas y Niños fue la primera en devolver la llamada. Sabía que tenía que seguir el camino de Dios. Sabía que tenía que haber algo más que la miseria que estaba viviendo… lo más difícil de estar limpio era lidiar con los sentimientos oscuros que había adormecido durante tantos años”.

“Sin embargo, Casa me ha mostrado cómo perdonar a quienes me han lastimado, y no por obligación sino por la bondad de mi propio corazón”, afirmó Theresita. “¡Quiero compartir mi felicidad con tantas personas como sea posible! ¡No tenía ni idea de que podía vivir tan feliz estando limpio! Desde mi estadía en Casa Esperanza, finalmente puedo ver que hay personas normales que nunca han tocado una bebida o Sin embargo, crecí en hogares traumatizantes como el mío. ¿Por qué tomé el camino de las drogas? Me involucré con el grupo equivocado de personas, me acostumbré a adormecer mis sentimientos. Hay buenas personas por ahí, aprende cómo encontrarlas. Los encontré aquí en Casa y sigo haciéndolo todos los días”.

  • Casa me enseñó a perdonar a los que me han hecho daño, y no por obligación sino por la bondad de mi propio corazón. Quiero compartir mi felicidad con tantas personas como sea posible. –teresita

pedro

“Mi decisión de dejar de consumir, para comenzar la recuperación… en primer lugar, simplemente me cansé de hacer todas esas cosas que solía hacer. Dije basta. Ya no quería salir más, estaba cansada. Mis hábitos se llevaron todo: mi familia, mi hogar, mi autoestima. Necesitaba ayuda. La necesitaba mucho, y finalmente me di cuenta de que no puedo hacerlo sola. Este lugar, Casa Esperanza, es perfecto para mí. Hablando Español, me siento cómodo. Solo quiero mejorar, ¿sabes? Gracias a Dios que estoy aquí. Estoy muy agradecido por el apoyo de Casa Esperanza y estoy orgulloso de haber tomado la decisión por mí mismo”, comentó Pedro. “Quiero ser responsable, tomar mi vida en serio, alcanzar el potencial que sé que es posible”.

“Lo que le diría a la Comunidad de Recuperación que desearía haber sabido es esto: limpiarse, el programa de 12 pasos, la ayuda que Casa brinda todos los días, SÍ funciona. Realmente quieres cambiar tu vida, oye, la ayuda está ahí afuera”. , solo tienes que alcanzarlo. No vendrá a buscarte. ¡Quiero decirles a todos que se despierten! Es como si las drogas nos estuvieran matando. Hay mejores cosas que hacer además de las drogas. ¡Muchas! Dios es bueno. Cree en ti mismo. Les deseo a todos lo mejor y espero que puedan captar el mensaje más temprano que tarde. Bueno, yo, no solo voy a intentarlo, voy a HACER que suceda”.

  • Este lugar, Casa Esperanza, es perfecto para mí. Hablando español, me siento cómodo. Gracias a Dios estoy aquí. Estoy muy agradecida por el apoyo de Casa Esperanza. –pedro

Freddy

Freddy, un cliente del Programa de Hombres de Casa Esperanza, luchó para lidiar con factores estresantes abrumadores y desencadenantes en la comunidad que lo empujaron a recaer. Al identificar su lucha como una necesidad de atención más estructurada, su consejero ambulatorio trabajó con el personal residencial, fue admitido en el Programa para hombres y se inscribió en el nuevo Programa estructurado de adicciones para pacientes ambulatorios (SOAP) y el grupo de Prevención de recaídas de Casa.

“La estructura de SOAP me ayudó a retomar el rumbo de mi recuperación”, dice Freddy. “Poder tener los grupos de compañeros aquí en el programa para hombres, y el grupo de asesoramiento individual y prevención de recaídas al mismo tiempo, me ha ayudado a encontrar nuevas formas de abordar los factores estresantes y los desencadenantes que me empujaban a usar, son realmente los dos cosas juntas, esos servicios y estar en el Programa de Hombres, eso lo hace”.

Freddy dice que la proximidad de los servicios, dentro de una cuadra en el campus de Roxbury de Casa, hace una gran diferencia, especialmente al comienzo del tratamiento. “Es útil tener todos los servicios conectados entre sí. Me siento seguro, a salvo, sin viajar a diferentes lugares y lidiando con desencadenantes, y te sientes como si fueras parte de una comunidad nuevamente. Ya me siento más fuerte en mi recuperación ahora, y esta vez tengo muchas más herramientas y formas de liberar el estrés y manejar lo que me desencadena”.

  • Hay una palabra que uso para describir Casa a la gente--funciona--simplemente funciona. –Freddy

 

Lillian

“Estaba rota cuando entré. Pero Dios me puso en este lugar por una razón”, dice Lilly, una clienta que comienza su cuarto mes en Latinas y Niños. Lillian dice que completar el SOAP ha sido la clave para comprender finalmente sus problemas de adicción y salud mental, y para abordar años de trauma e ira. “Sabía que no quería seguir consumiendo, pero no entendía mis factores desencadenantes, por qué seguía volviendo. SOAP fue muy intenso y me ayudó a aprender sobre mi adicción. Soy tímido, por lo que estar en un grupo mixto y sentirme seguro me ayudó a ganar confianza al compartir mis experiencias”.

Lilly agradece al equipo de personal residencial y ambulatorio que trabaja en conjunto para coordinar y brindar su atención, desde sesiones de terapia individuales hasta la participación en grupos de Prevención de recaídas, Manejo de la ira y Recuperación de traumas. “Sé que todos me están ayudando, y todo sucede en un solo lugar. Si sucede algo difícil en un lugar, todos en Casa me ayudan a solucionarlo. El ambiente en Latinas es estricto, pero afectuoso. La estructura me ha ayudado a crecer nuevamente y a asumir la responsabilidad de las cosas que necesito, y necesito y quiero enderezar mi vida, para ser fuerte para mi familia”.

  • Estoy en una lucha por mi vida contra esta enfermedad, pero estoy recibiendo todo lo que necesito para hacerlo... –Lillian

 

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